Ir al contenido principal

Informe Rattenbach

El 23 de noviembre de 1983 la revista Siete Días salía a la calle con una edición que detonaba el manto
de silencio impuesto sobre la guerra de Malvinas. Mucho se había dicho y denunciado, pero ahora trascendía a la opinión pública un informe crítico producido por los mismos militares.

Se trataba del Informe Final de la Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades Políticas y Estratégico Militares en el Conflicto del Atlántico Sur, más conocido por el apellido de quien presidió la comisión, el teniente general Benjamín Rattenbach.

Esta comisión había sido creada por decreto secreto el 2 de diciembre de 1982 y tenía como misión asesorar a la Junta Militar para establecer responsabilidades y sanciones entre militares y civiles. Conformada por seis oficiales mayores, dos por cada fuerza, debería instalarse en el Congreso Nacional y solicitar informes, documentos, testimonios, antecedentes y todo elemento que se estimara útil, para “aclarar en forma completa y veraz lo sucedido”, pues “así lo exigen la soberanía nacional agraviada, la dignidad de la República Argentina y el honor de sus Fuerzas Armadas”.

El 16 de septiembre de 1983 se entregaron los resultados de la investigación: 17 volúmenes, 15 capítulos y 890 párrafos numerados, donde se analizaban con minuciosidad los antecedentes del conflicto y las actuaciones de los mandos durante la guerra y se establecían responsabilidades y penas. “La justicia deberá aplicarse con el rigor que corresponda a quien hubiese procedido con negligencia o impericia, tanto en lo político cuanto en lo militar, más aun cuando esto hubiese ocurrido en ejercicio de las altas responsabilidades de gobierno”, advertía el informe.

El contenido iba mucho más allá de lo que la Junta se había imaginado al momento de su creación. Las conclusiones sobre las responsabilidades de los altos mandos militares y civiles en la guerra fueron devastadoras y se recomendaban penas severísimas para los máximos responsables, que incluía la posibilidad de la pena de muerte. Por ello mismo, fue ordenado el ocultamiento de las copias existentes.

Pero el informe trascendió a la prensa. En dos ediciones seguidas, a fines de noviembre de 1983, la revista Siete Días alcanzó a publicar más de la mitad de la investigación, con una cobertura especial que conmovió al país. No obstante ello, el informe jamás fue revelado oficialmente. Recién el pasado 7 de febrero de 2012, la presidente Cristina Fernández de Kirchner firmó el decreto 200 que dispuso la desclasificación del Informe Rattenbach.


Fuente: El Historiador

Texto del informe completo

Comentarios

Entradas populares de este blog

Toponimia de las Islas Malvinas

Las Islas Malvinas forman parte de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Se hallan localizadas en el sector del Mar Argentino comprendido entre los paralelos de 50º 59´ y 52º 57´ de latitud Sur y los meridianos 57º 42´ y 61º 28´ de longitud Oeste de Greenwich. Emergen a 550 km de la costa patagónica a la latitud de la ciudad de Río Gallegos, en la parte continental argentina. El archipiélago malvinense está integrado por dos islas mayores, la Gran Malvina y la Soledad; así como por más de 200 islas menores e islotes. La superficie total es de 11.410 km², equivalente a poco más de la mitad de la provincia de Tucumán.

Juan López y John Ward

Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en diversos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de antiguas y recientes tradiciones, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa arbitraria división era favorable a las guerras. López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer el Quijote. El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en un aula de la calle Viamonte. Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel. Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen. El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.   Juan López y John Ward Jorge Luis Borges Los conjurado...

Nunca estuve en la guerra

La experiencia del servicio militar obligatorio a fines de la dictadura militar en la Argentina lleva a un joven de 18 años a enfrentarse con lo que significa la guerra. Sin haber pisado el campo de batalla, el narrador de esta historia empieza a comprender lo que significa el miedo, la violencia y el dolor de estar solo entre enemigos. Esta novela de Franco Vaccarini empieza así: Después de terminar la secundaria en 1981, no tenía excusas para vivir en el pueblo y tuve que volver al campo que mi familia arrendaba desde tiempos inmemoriales —es decir, desde antes de que yo naciera— en el partido de Lincoln. No trabajaba ni estudiaba porque tenía frente a mis ojos ese gran frontón, ese muro negro por cuyas hendijas apenas si podía ver el misterio del futuro que me esperaba: el servicio militar. El gran muro. En el sorteo para decidir a qué fuerza sería destinado me tocó un número alto, el 940. Número de Marina y, más exactamente, de la Infantería de Marina. La Marina hacía cinco llamado...